domingo, 7 de junio de 2009

Me casé

Hoy domingo aproveché en darme un gustito: me fui de compras.

Entre toda
s las cosas que vi en la feria dominguera noté una rareza especial. Estaba hecho de plata, con mucho cuidado y delicadeza. Cuando lo vi no dudé en probarmelo, era un anillo de plata hecho de filigrana.


Luego de regatear algo con la vendedora -si, soy bien peruana!- pagué el importe convenido y me fui feliz y campante con mi nueva adquisición.

Caminando de regreso a mi hogar temporal, iba pensando en por qué había elegido un anillo, cuando en realidad jamás uso esas cosas. Pensaba que me había enamorado del diseño y que una vez puesto no lo quise soltar. Pensaba que era la cuarta vez que tengo un anillo y que esperaba no perderlo como en las veces anteriores.

Fue así que apenas llegué le mostré la joya a mi compañero de viaje. Lo primero que me dijo fue: y con quién te casaste?

Y yo: qué dices?

Y él: sí, el anillo está lindo, pero lo tienes en el mano derecha, en el dedo angular. Ahí se ponen los anillos de compromiso, de matrimonio...

Y yo: uhmm será la costumbre de usarlo ahí...- y sonreí, un tanto desconcertada hacia dentro de mi...

Y seguí pensando: jamás uso anillos, siempre los pierdo.

Y recordé: los únicos anillos que he usado siempre me los han regalado.

El primero fue un denario, también de plata, y fue el regalo del 3er mes-ario con mi primer chico. Recuerdo que me lo dio, otra vez, antes de despedirse de mi y me lo colocó justo en el dedo angular derecho. Me sorprendió el regalo pero también me agradó, sobre todo porque el también llevaba uno igual.

El segundo me lo regaló mi segundo chico. Era un solitario, también de plata; y también fue un regalo por el primer mes que estuvimos juntos. No niego que lo recibí contenta, pero también asustada. Él era super, pero siempre iba a distintas revoluciones que yo.

El tercero también me lo dió este segundo chico. Recuerdo que este anillo me lo dio dos veces, porque desafortunadamente la primera vez yo misma lo rechacé. Si, mis estimados y estimadas, era un anillo de compromiso. Estábamos al otro lado del charco cuando el me lo dio, luego de haber cruzado el atlántico en mi búsqueda para hacerme LA pregunta... y yo, inmadura total, insegura total le dije qué cosa? y huí. Luego, ya en el aeropuerto, antes de despedirme de él -por qué siempre reacciono a última hora?!?!?- le dije que había cambiado de opinión y que sería conveniente que volviera a hacerme la pregunta; y lo hizo. Y nos comprometimos, y sonreímos mucho, y nos tomamos muchas fotos, y le hicimos saber a todos los que queríamos que eramos felices, o que al menos pretendíamos serlo. No hay que ser Nostradamus para intuir que el compromiso no duró mucho. El volvió desde donde había venido y yo me quedé en el viejo continente y luego de 2 semanas de compromiso accidentado, por messenger, me dijo adiós.

Luego de eso me prometí a mi misma que jamás volvería a usar un anillo hasta que supiera en realidad que esa persona era LA persona de mi vida. Y así fue. No llevo anillos desde entonces... hasta hoy.

Pues me he casado conmigo misma!- le dije a mi compañero, luego de un singular mutis.

Y él: cómo?!?

Y yo: si, siempre voy a estar conmigo, así que me comprometo conmigo! - le dije decidida.

Y él: pues dichosa tu!- me dijo celebrando la ocurrencia.

Pero llegada la noche, me doy cuenta que no es ocurrencia, que no fue coincidencia que haya elegido un anillo de plata y que me lo haya autoregalado luego de casi 3 meses de mi auto proclamada transformación.

Y puedo decirles con gusto que hoy me casé. Sí, señor! me casé conmigo misma y soy inmensamente feliz de haber aceptado - por fin! - que es conmigo misma con quien siempre estaré y que si por ahí hay alguien que quiera subirse al coche, pues que se abroche muy bien los cinturones, porque mi ruta es larga y voy siempre en turbo!


7 comentarios:

  1. Bonito post, pero hago dos observaciones:

    La costumbre peruana y sudmericana es llevar el ANILLO DE COMPROMISO en la MANO IZQUIERDA - no en la drecha - en el DEDO ANULAR (no angular). Alguna vez lei una justificación de esta práctica: la mayoría de hombres y mujeres usan en menor grado la mano izquierda (a excepción de los zurdos, osea ya fui :( ) y de la mano izquierda, los dedos que menos usamos son el anular y el meñique. Por esa razón, se usa el aro en el mentado dedo, ya que de esta manera es menos incómodo para las actividades cotidianas y será menos probable que se pierda.

    Volviendo al post, me alegra que te hayas encontrado contigo misma, ¡es un paso significativo!

    Saludos.

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  2. Ups! Pequeño detalle lo del dedo y lo del nombre del dedo! Ja! Gracias por la aclaración, pero tú y yo y mis demás amig@s saben a lo que me refería.

    Cariños para ti.

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  3. La soberbia es mala Martín.
    No lleva a nada.
    Muy buen Post.
    Te aseguro que yo tengo más errores que tú.

    Yo le llamo (Estilo mío)

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  4. Estilo mío... es curioso que hagas referencia a eso, Música, porque justamente hace poco conversábamos con Martín sobre nuestros dizque estilos de escritura. Y nada, que yo aún no encuentro el mío; espero definirlo pronto y no tanto por tener alguna pose ni nada que se le parezca, sino por procurar poner el sello personal en todo lo que vierto en este espacio.

    Gracias por pasar por aquí y comentar :)

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  5. Música,
    Tienes razón, la soberbia es mala... y es peor opinar y dar juicios de valor sobre gente que no conoces... Y si dices que tienes más errores que yo, será porque te conoces mejor que yo a ti (por cierto, al menos pon tu nombre al decir algo).
    Nunca dije que el post sea malo, para que un 3ro afirme lo contrario... con razón dicen que algunos peruanos no entienden lo que leen.

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  6. Muy buen post aunque no comprendo como el segundo chico te dijo que adios luego de 2 semanas de haberte pedido en compromiso, debe tener los cables cruzados o ser bastante malo para atolondrar de eaa manera.
    Un saludo

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  7. Me ganaste por puesta de mano, estaba dándole vuéltas a la cabeza sobre escribir más de esa historia.

    Y es curiosa tu pregunta, Joseef, ya que pensé haberlo dejado en claro. Citándome: "Él era super, pero siempre iba a distintas revoluciones que yo."

    Jamás me quejé de mi segundo chico, era yo la que no estaba lista, y finalmente él se dio cuenta y ya está. Fue doloroso, sí y mucho... pero creo que con el tiempo ambos aprendimos y crecimos. Intuyo que quizá él más que yo, no lo sé ya que casi no nos frecuentamos porque seguimos viviendo como en mundos paralelos.

    Gracias por pasar por aquí y comentar.

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