viernes, 22 de enero de 2010

Al hombre de mi vida...







Hoy tus últimas palabras fueron categóricas: 

"Perdón, 
me retiro, 
buenas noches". 




No hubo más, ni el beso de buenas noches acostumbrado, ni las sonrisas cómplices, ni siquiera miradas ni palabras recriminatorias, N-A-D-A. Sólo te paraste y te marchaste, dejándome verdaderamente sorprendida. 

"¿Es que acaso te molestaste?", atiné a decir, mientras todo a mi alrededor me decía que sí y yo no terminaba de comprender. No podía creer que todo este tiempo juntos se iba al tacho luego de la noticia que te di. 

No podía creer cómo es que no te alegrabas conmigo por mi próximo viaje, el primero fuera del país que yo costearía totalmente con mis propios ingresos, mi primera aventura independiente, un sueño anhelado desde hace ya bastante tiempo y de la que ya te había hecho partícipe...

No podía creer como el hombre admirable con el que tanto había compartido, desde interminables tardes de domingo viendo tele en el sillón, hasta tertulias interesantísimas teniendo siempre el adecuado marco musical en su auto parqueado; aquel hombre que me ha apoyado siempre, que saltó de alegría cuando le dije que cruzaría el charco cuando apenas tenía 20 años, que ahora que tengo casi 26, que buscaba compartir esta nueva alegría contigo, ni siquiera dejaras que contara mi relato...


"Es que esta vez no te vas sola, te vas con otro y Él es tu papá", comentó mamá, con quien también compartíamos la mesa. 



Esto fue lo que me hizo reaccionar. 



Tu incomodidad, quizá, al sentirte desplazado, al ver que poco a poco me estoy yendo y en serio, te hicieron reaccionar así. 



Estabas claramente enfadado. Que yo recuerde ni en mi más terribles remolinos adolescentes, que fue la época donde tuvimos más encontronazos, te has parado y me has dejado con la palabra en la boca. JAMÁS. Esta vez te marchaste y me dejaste sola, porque así hubieran estado medio millón de personas a mi lado, tu ausencia y tu actitud me hicieron sentir abandonada, muy muy MUY sola.


¿Qué tengo que hacer para que me comprendas un poco más, papá? ¿Qué tengo que hacer para que veas que te amo desde lo más profundo de mi ser, pero sobre todo que te respeto y que no quiero que te marches así? ¿Es que acaso no debí viajar acompañada de mi pareja? ¿es que acaso eso está mal amar así a otro hombre? ¿por qué tu desaprobación? Se suponía que este debería ser un momento feliz y ya no lo es, no puede serlo sin tu aprobación. La tristeza y la angustia vuelven a mi, sabes bien que cualquier otra persona puede decirme que le parece mal lo que hago y yo me zurro en eso, pero contigo no puedo. No quiero irme así, sin sentir que tu estás de acuerdo, no puedo.

Te he dado muchas muestras que sé cuidarme bien y que sé tomar las mejores decisiones para mi y para nosotros, y que si llegado el momento me equivoco, seré responsable con eso y lograré avanzar. ¿Por qué no confías en mi ahora, por qué no confías en que esta vez también todo irá bien?

El hecho concreto es que ya tengo los pasajes, el perfecto acompañante y los sueños revoloteando mi cabeza concretizándose cada vez más. Además estoy convencida que mi decisión es la correcta, así que tengo casi 3 meses para cambiar este panorama contigo. Este es mi nuevo reto personal, papá, y al menos por aquí quería que lo supieras tal cual.

Te amo. En verdad te amo.

Yo.



*Cada vez que escucho esta canción pienso en ti, en mi, en nosotros, y las lágrimas aparecen una tras otra...


No hay comentarios:

Publicar un comentario