sábado, 23 de mayo de 2009

Contenta!

Acabo de regresar del matrimonio de mi amigo A. Fue una ceremonia sencilla, acogedora e íntima. Me sentí muy bien al haber sido partícipe de su felicidad y de divertirme tanto en la fiesta.

Y es que parecía mi fiesta: bailé y bebí como nunca. Por qué? Muy sencillo. Estaba en la mesa compartiendo con las chicas y unos amigos de A. Todo tranqui y normal, nada fuera de lo común. Cuando de pronto empezaron a aparecer mensajes de texto a mi celular. Uno de estos mensajes de texto decía literalmente "como quisiera estar contigo ahora", y recordé que tuve 4 opciones de posible acompañante a la boda, 3 de ellos se invitaron solitos, y yo no elegí a ninguno. Hasta ahora me sorprende gratamente que esta vez estuve mucho más preocupada por cómo iba a ir y llegar hasta el bendito lugar donde mis amigos se casaban, que de preocuparme con quién iría y si conocería a alguien allí y tal y cual. Esta vez elegí salir conmigo misma, ir sola y sentirme bien. Y así fue.

Luego de leer ese mensaje de texto lo que se me vino a la mente fue "pero yo no quiero que tú estés aquí, quiero que... -mutis cerebral-... quiero que pronto esté esa persona especial conmigo, pero ahora no". Y por primera vez no me referí a ningún pasado. Me di cuenta que -por fin!!!- no lo extrañaba más y me sentía -por fin!!!- contenta conmigo misma, con mis amigas, con mi familia, con el cosmos, con la vida.

Y fui feliz, y brindé conmigo misma y bailé con los invitados pero a fin de cuentas sola porque yo marcaba el compás y los movimientos y todo. Y disfruté ser yo y estar contenta, en verdad contenta.


domingo, 17 de mayo de 2009

No me salvaré, Mario.


Hoy regresaba cansada, como siempre, y contenta, como hace siglos y lunas, de hacer trabajo de campo, de haber transitado por las calles limeñas. El ruido, las voces, los cláxones, las pisadas, los olores, las luces... todo esto no me abrumaba, al contrario, todo me parecía hasta extrañamente armónico. Todo bien, muy bien, hasta que mi querida amiga a.k.a. RPP me envía un sms lacónico, único, sentido y sencillo a la vez:






Murió Benedetti...








Eso decía, y mi corazón se estrujó. Si, ese que últimamen
te está estrujadísimo se volvió a condensar. De pronto todo el movimiento de afuera quedó paralizado. Vino a mi memoria como con mi amiga RPP descubríamos y compartíamos sus versos y con ellos nuestras sensaciones y emociones; vinieron a mi muchos recuerdos de tácticas y estrategias pasadas, muchas sensaciones de viceversas ocurridas, la dedicatoria más sentida que he tenido al decirle te quiero de verdad a ese alguien especial que lamentablemente jamás entendió...

Diversos momentos de mi vida en los que Benedetti me acompañó y habló por mi, hacia mi y para mi. Incluso hoy Mario me volvió a dejar un regalo con sabor a legado. A diferencia de muchos hizo un llamado a mi conciencia y a mi sentir primigenio: No te salves, me dijo.

NO TE SALVES

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma

no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios

no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana

y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.



Y lo escuché recitármelo al oído, y luego lo leí para finalmente comprenderlo, interiorizarlo y hacerlo.

Gracias querido, y no dudes, no me salvaré, Mario.


viernes, 15 de mayo de 2009

Despeinada, ajá, ajá, ajá.


Hace algún tiempo leí este mail-cadena y es uno de los pocos que en verdad merecen ser compartidos.


Hoy estoy despeinada, despeinadísima porque es casi media noche y apenas llego a mi casa me pongo el pijama de turno y revuelvo los pocos pelos que me quedan... Me libero, me siento a mi misma y me despeino, pues. Y sí, quiero despeinarme más y que me despeinen! pero ese será tema de otro post.

Mientras tanto, a vivir despeinadas.


VIVIR DESPEINADA

Todos deberíamos atender esta frase con intensidad, sin poses, disfrutando cada momento, cada experiencia, cada afecto. Sin lugar a dudas, seríamos mucho más felices.


Hoy he aprendido que hay que dejar que la vida te despeine, por eso he decidido disfrutar la vida con mayor intensidad… El mundo está loco. Definitivamente loco… Lo rico, engorda. Lo lindo sale caro.. El sol que ilumina tu rostro arruga. Y lo realmente bueno de esta vida, despeina…

- Hacer el amor, despeina.
- Reírte a carcajadas, despeina.
- Viajar, volar, correr, meterte en el mar, despeina.
- Quitarte la ropa, despeina.
- Besar a la persona que amas, despeina.
- Jugar, despeina.
- Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina.
- Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche, te deja el pelo irreconocible…

Así que como siempre cada vez que nos veamos yo voy a estar con el cabello despeinado… (Yeeeeeeee!!! por fin!!! a no sentirnos culpables por lo que el viento y nuestras viviencias hicieron con nosotras, con nuestro pelo :D)

Sin embargo, no tengas duda de que estaré pasando por el momento más feliz de mi vida. Es ley de vida: siempre va a estar más despeinada la mujer que elija ir en el primer carrito de la montaña rusa, que la que elija no subirse.

Puede ser que me sienta tentada a ser una mujer impecable, peinada y planchadita por dentro y por fuera. El aviso clasificado de este mundo exige buena presencia: Péinate, ponte, sácate, cómprate, corre, adelgaza, come sano, camina derechita, ponte seria…

Y quizá debería seguir las instrucciones pero ¿cuándo me van a dar la orden de ser feliz? Acaso no se dan cuenta que para lucir linda, me debo de sentir linda… ¡La persona más linda que puedo ser!

Lo único que realmente importa es que al mirarme al espejo, vea a la mujer que debo ser. Por eso mi recomendación a todas las mujeres:

Entrégate, Come rico, Besa, Abraza, Haz el amor, Baila, Enamórate, Relájate, Viaja, Salta, Acuéstate tarde, Levántate temprano, Corre, Vuela, Canta, Ponte linda, Ponte cómoda, Admira el paisaje, Disfruta,

y sobre todo, deja que la vida te despeine!!!!

Lo peor que puede pasarte es que, sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar.