domingo, 17 de mayo de 2009

No me salvaré, Mario.


Hoy regresaba cansada, como siempre, y contenta, como hace siglos y lunas, de hacer trabajo de campo, de haber transitado por las calles limeñas. El ruido, las voces, los cláxones, las pisadas, los olores, las luces... todo esto no me abrumaba, al contrario, todo me parecía hasta extrañamente armónico. Todo bien, muy bien, hasta que mi querida amiga a.k.a. RPP me envía un sms lacónico, único, sentido y sencillo a la vez:






Murió Benedetti...








Eso decía, y mi corazón se estrujó. Si, ese que últimamen
te está estrujadísimo se volvió a condensar. De pronto todo el movimiento de afuera quedó paralizado. Vino a mi memoria como con mi amiga RPP descubríamos y compartíamos sus versos y con ellos nuestras sensaciones y emociones; vinieron a mi muchos recuerdos de tácticas y estrategias pasadas, muchas sensaciones de viceversas ocurridas, la dedicatoria más sentida que he tenido al decirle te quiero de verdad a ese alguien especial que lamentablemente jamás entendió...

Diversos momentos de mi vida en los que Benedetti me acompañó y habló por mi, hacia mi y para mi. Incluso hoy Mario me volvió a dejar un regalo con sabor a legado. A diferencia de muchos hizo un llamado a mi conciencia y a mi sentir primigenio: No te salves, me dijo.

NO TE SALVES

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma

no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios

no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana

y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.



Y lo escuché recitármelo al oído, y luego lo leí para finalmente comprenderlo, interiorizarlo y hacerlo.

Gracias querido, y no dudes, no me salvaré, Mario.


1 comentario:

  1. Gracias! Querida Urpi, yo tambien brindare por ti, por las mujeres de lucha! asi como nosotras.

    Tambien escribi sobre Benedetti, a mi me gusta mucho este gran señor y sus escritos, me apena tanto su partida, bueno solo se nos adelanta. Llegue de viaje, entre al fecebook y de lo primero que me entere fue de la muerte de este adorable hombre...

    Asi es esa mujer bella que nos deja cartas en sobre morados nos arrebata magicamente ese suspiro que es la vida(De las intermitencias de la muerte de Saramago, esta idea de la muerte)

    Lo rico y bello de vivir, es poder ser alguito asi como Mario, dejar huella.

    Un abrazo! y gracias por su comentario compañera.

    ResponderEliminar