Sábado 07.02.06 – 01.50am.

Gané. Sí, por fin. Gané la última partida, una al menos. Llevo casi 3 horas jugando solitariamente en mi computador, aunque en realidad tengo casi 25 años jugando a lo mismo. Que cómo se llama el juego? El que me entretenía de este insomnio es el conocidísimo solitario spider, de 2 barajas todavía, para hacerlo más retador aún. Y el otro juego es el juego de mi vida, conocidísimo también.

Mi vida ha transcurrido aparentemente tranquila y feliz. Un hogar consolidado, una super pareja de padres-amantes-empresarios; una casa lo suficientemente amplia para mis cachivaches, mis temores, mi familia y yo; una educación convencional donde la religión y las buenas costumbres me enseñaron, por ejemplo, a pedir por favor, a agradecer cálidamente y a tener un sincero sentimiento de culpa por hacer el amor antes de estar casada.

Esto es lo que cualquiera que me conoce mínimamente podría decir de mí. Pero lo que es más importante, qué digo yo sobre mi misma? Quién soy? A dónde pretendo llegar? Hace 25 años no dejo de jugar constantemente este juego de “preguntas y respuestas”, el problema está en que siempre pregunto, pero no sé que contestar. Me he valido de argumentos emocionales, vacuos, falaces; pero que finalmente satisfacían mis necesidades momentáneas porque siempre he postergado la partida final del juego.

Pero ya no quiero seguir jugando siempre lo mismo. No soy buena cerrando círculos, pero este es uno de ellos que no puedo dejar pasar más tiempo para cerrarlo, al menos satisfactoriamente por un buen rato.

Para empezar: Quién Soy? Soy Urpikusi, Tubeli, Winchus, yo misma. Una chica que pretende ser mujer pero que no logra serlo del todo. Responsable pero temerosa, exigente y amable a la vez, la mayor parte de las veces competitiva, en otras tantas relajada. En suma de cuentas, soy una persona que pretende ser feliz pero aun no haya la fórmula mágica. Y es que es increíble que disfrute conociendo la planta del mango y que me queje por no poder redescubrirme cada día. Me sorprende como puedo detenerme a distinguir los aromas de los que amo, y no puedo detenerme a observarlos con detenimiento pese a que los amo.

A dónde pretendo llegar? Créanme que pasa el tiempo y no tengo la más mínima idea. Ante los demás siempre tengo respuestas claras o al menos circulares, pero respuestas al fin. Doy la cara, respondo, me hago responsable. Pero sobre mi… digamos que he venido descuidándome cada vez más. Lo único que está claro en mi cabeza y en mi corazón es que pretendo ser grande, y como tal, hacer cosas grandes. Cómo? Quizá con una maestría en cooperación internacional y gerencia social, para captar, mantener y administrar con eficiencia y eficacia los fondos de cooperación para el desarrollo. Quizá encontrando al amor de mi vida, casándome y teniendo los 3 niños que tanto anhelo. Quizá teniendo mi casa de 2 pisos frente a un parque, teniendo mi finca en la selva y algún huequito donde veranear en alguna caleta costeña.

Así soy yo, estos son mis sueños y mis aspiraciones. Está más que sentado que (re)quiero ampliar estas respuestas. Seguiré informando.