lunes, 28 de septiembre de 2009

Día a día...



"a a día, 
me levanto 
queriendo ser mejor;
y me acuesto 
noche a noche 
con mi contradicción..."




Hoy fue un día muy intenso: como hace tiempo salimos de paseo él, yo, nuestro hoy, nuestros recuerdos y nuestras ganas de querer estar mejor, de ser felices de una buena vez.


Salimos desde muy temprano. Es cierto, el sol no salió hoy, y eso que lo fuimos a buscar al norte, pareciera que pese a nuestros esfuerzos hasta los rayos del sol nos eran esquivos. Sin embargo él no dejó de sonreir... hasta que yo dudé. Y dudé mal, me subsumí en mi misma, caí en el terreno de las fregadas inseguridades y casi-casi lo arrastré a ellas.


Gracias a Dios, a la vida y al cosmos él es mucho más fuerte y decidido que yo, y siempre me trae a tierra. Nos enjugamos el rostro con aire nuevo y lágrimas inocentes; ambos con la esperanza que las pequeñas tormentas pasarán y que estaremos mejor, mucho mejor.


Y terminamos el día como lo empezamos: de la mano, contemplándonos, anhelando que el mañana se siga tiñiendo de esperanza y continuemos avanzando juntos...




Esta canción va para ti, para mi, para los dos.





viernes, 18 de septiembre de 2009

Don´t stop me now!!!


Días atrás me estaba alistando para ir a la oficina -Update: he ingresado a una Consultora para continuar con las consultorías pero a tiempo completo =)- y necesitaba ir decentemente, entiéndase lo comúnmente llamado "sport elegante". Ese día estaba con pantalón de tela, cafarena de cuello alto ambos en tonos marrones, mis favoritos; con zapatos, cartera y abrigos negros. 

Tal parece que la sobriedad ha llegado a mi; sin embargo, a mi madre no le parece y, como siempre, ha notado algo en particular. Entra a mi cuarto para despedirse y dice... 

- Hijita, esa ropa te queda bien... pero esas medias, ESAS MEDIAS!!!
- ¿Qué tienen? son cómodas...
- Mira Urpi, estás bien vestida pero ¿cómo vas a ir con esas medias blancas, las que usabas en el colegio?
- No son las mismas y a mi me gustan. 

Ese día caí en la cuenta que soy una fan enamorada de las medias abrigadoras deportivas. Si, esas mismas que se usaban en la hora de educación física del cole, blancas por completo o a veces, como era el caso de ese día, con ribetes de nombres de marcas deportivas casi conocidas "adibas", "miky", etc. 

Espera, dijo mi madre y salió de mi habitación. Es que no contenta con refregarme en la cara mis gustos colegiales, regresó y me dijo,

- Usa estas, están nuevas, ESAS SÍ son medias de mujer. 

Eran unas medias de nylon color marrón, iban a tono con la ropa que llevaba. Las miré extrañada. Le agradecí a mi mamá e hice ademán que me las pondría, cosa que evidentemente no hice. Son sumamente imprácticas, poco abrigadoras además de parecerme incómodas.

Sin embargo, me puse a pensar varias cosas. Mucho más allá que, debo admitir, mis medias blancas deportivas son un insulto a la moda, me rehuso a caer en convencionalismos, a lo esperado, como por ejemplo lo que mi mamá llama "cosas de mujer", como son las medias nylon, y demás artificios. Pero más allá de eso, no quiero hacer las cosas como las hacen los demás, quiero mi propia manera, mi propio estilo.

Y es el símil de lo que me ocurre en mi crecimiento como mujer. Siento que he avanzado bastante en lograr mi consolidación personal, pero aún me rehuso a algunas cosas que no resultan tan difíciles de asumir para el resto, pero si para mi. Repasemos todo, pero esta vez de la cabeza hacia los pies.

Es curioso que después de 3 años de irme auto-buscando conscientemente recién me esté encontrando. En los últimos meses cambié mi corte de cabello y con eso senti que mucho karma se esfumó, y no es floro. Me sentía más fresca y los demás también lo notaron.

He vuelto a consolidar mi autoestima. Es curioso como recuerdo que cuando era adolescente amarraba mi cabello con lo primero que encontraba alrededor -ok, cuando lo tenía largo también lo hacía a veces- y usaba ropa más grande que la Carpa Grau, escondiéndo mi cuerpo porque lo encontraba más que feo. Honestamente si no fuera por aquel contacto al otro lado del charco con mis buenas amigas españolas y mexicanas hoy no sería la misma persona, me hubiera estancando en creerme la más fea de todas y seguiría teniendo una autoestima paupérrima.

Queridos fans, agradezcan conmigo a Dios que esto cambió. Tuve que salir de mi contexto para ver el potencial que había en mi, sentirme bonita y más que eso, wapa, ya que sepan ustedes no es lo mismo, porque la bonita es porque nació o se hizo así, y la mujer wapa es la que tiene la actitud ganadora de salir al ruedo a matar! 

En los últimos meses me he hecho más fuerte, tomando decisiones difíciles de manera concienzuda, que luego han devenido en mejores sentimientos y situaciones. Con ese fortalecimiento, es cierto, también he ganado algunos kilitos de más... pero mis fans peruchos están contentos porque hay más que mirar ;)

Pero dejándome de cuatro cosas y de mi eventual pose de Lady Go-diva, aún faltan cuerdas que templar, aún quedan prendas por lavar, aún quedan ideas por concretar.

Mi temperamento es una cuerda rebelde que aún no se deja templar, ni siquiera por el más dócil, ni el más humilde, ni por el más intenso amor, como es el que es el que estoy viviendo ahora.

La prenda más difícil de lavar está siendo mi propia psiquis.  El autonálisis no es tan fácil en una persona testaruda como yo, pero como mi propia determinación proviene de la misma fuente de esa testarudez creo que me autovenceré para bien.

Y sobre las ideas, son varias. Desde la próxima compra del sofá cama bendito para mi ya-ya! mudanza, pasando por el título en el 2010 sin parar hasta la maestría en el 2011. Joer, ya parece campaña presidencial! Ja! Pero veremos cómo se van dando la cosas.

Y como por algún lado se debe empezar, desde ya tengo algo decidido: mañana iré a comprar medias nuevas, y no serán de nylon ni deportivas ni de colorinches -si, también tengo de esas-. Y serán... no sé, debe haber algún intermedio, no? 

Y para no parar, esta canción que está siendo mi inspiración en estos días de cambio...



jueves, 3 de septiembre de 2009

Algo que debí escribir el 08.09.07

 
Tú abajo, 
y yo arriba.

Tú dormido, 
yo desvelada.

Tú silente y paciente, 
yo bulliciosa e inquieta.

Tú nostálgico, 
yo renegando. 

Tú renegando, 
yo nostálgica.
 
Tú sonríes, yo sonrío contigo y todo se ilumina.
 

Últimamente he vivido tan agitadamente que no me he detenido a contemplarte. Han pasado desapercibidos el tiempo, tus pesares, tus dolores, tus preocupaciones; no me he dado cuenta que efectivamente los años no pasan en vano y que del hombre grande y fuerte hoy quedas tú, un ser tierno y carismático aún, pero que necesita cada vez más atenciones que, pese a mis esfuerzos, no he sabido darte en la suficiente medida.

A veces paso de largo, ya ni te saludo, y tú tampoco a mi; pero lo cierto es que cuando nuestras miradas se cruzan no hace falta más qué decir. Te veo sentado, alzas la mirada y al verme tus ojos me sonríen. Sino te cojo desprevenido, me acerco a ti y te asustas, pero todo se compone con mi beso tierno en tu rostro y vuelves a sonreir. así es como me gusta verte.

Desde hoy no te veré más. Tu sonrisa, tus palabras, tus abrazos, tus historias, tu sufrimiento, tus dolores, tu enfermedad, tus problemas, tus regaños, tus aciertos, tus lecciones... todo tu quedará en mi memoria y en mi corazón. Hoy hice un último esfuerzo por verte. Me llamó mamá para ir a verte, es más, ni siquiera a ti sino a papá, que te habías puesto mal, dijeron, que mi papá necesitaba apoyo; pero qué clase de apoyo, dije yo, si él tiene el dinero y tú te ibas a poner bien, total, ya habías dado signos de mejoría, no? Y yo, una vez más necia, a regañadientes fui a encontrarte. Llegué y no me dejaron pasar. Volví a renegar, y me fui.

Pasaron unas cuantas horas y volvieron a llamar. Esta vez la llamada tenía otro tenor, en verdad estabas mal. Sentí escalofríos cuando escuchaba eso en el teléfono. Es más, ni recuerdo quien llamó, ni qué conversamos ni qué nos dijimos exactamente. Sólo recuerdo que vino a mi memoria tu imagen en aquella cama, tu expresión de dolor disimulado y tu sonrisa infinita diciendome adiós... y sentí que era en verdad un adiós eterno y no quería que fuese así.

Tras el llamado, corrí. Casi no me dejan verte. Mi primo me abrazó y me dijo que ya no estabas, no le quise creer. Luché por entrar y verte, para sentir tu último abrazo, tu último calor. Y lo logré. Estabas en la misma cama en que la que nos vimos por última vez, pero ahora yo te podía ver y tú a mi no. Tus ojos ya estaban cerrados y por primera vez, como nunca antes, noté oscuridad alrededor de los dos, ya no estabas tú para iluminarme...

Y te abracé y te besé y te lloré y te hablé y me despedí... lo recuerdas? lo sentiste? me sentiste?

Sabías que, pese a mi necedad, te quise mil? Siempré recordaré nuestras tardes de lonchesito, cuando me enseñaste a jugar casino y cuando 15 años más tarde se cambiaron los papeles y tuve que enseñarte a hacerlo porque te olvidaste; cuando me hiciste creer que tenía el don mágico de "leer" a la gente; cuando nos sentábamos "a oscuras" a conversar y pese a que yo tenía miedo a la oscuridad contigo jamás aparecía ese temor porque nunca sentí oscuridad entre nosotros. 

O como cuando te dije que había conseguido un empleo y con mucho gusto  y orgullo les hablé de ti, de mi abuelito querido, el hombre de la selva, que todo lo sabe y todo lo conoce, y lo que no sabe y no lo conoce, lo aprende o se lo inventa para mi.