miércoles, 29 de abril de 2009

Al borde


Estoy al borde de todo: de mis fuerzas, de mis ánimos, de mi paciencia, de mi contenencia, de mi pertinencia, de mi inteligencia, y hasta de mi negligencia.

Toqué fondo? quizá si...

Hoy decidí repuntar... otra vez, como tantas veces. Y quiero que sea diferente. Porque ya basta de seguir construyendo en base al pasado. Eso ya fue, ya pasó y no debe influir más en el hoy.



Llevo más de 12 horas trabajando, intentando ser productiva con resultados poco notables, la verdad... pero es que, cómo lograr mayores niveles de productividad si tengo el corazón, el alma y por ende también la cabeza desecha???

Bueno, hoy lo intenté: intenté focalizarme, apasionarme de nuevo por lo que hago... y obtuve algunos resultados. Es obvio que el coche laboral va mucho más rápido, a 500 revoluciones más que yo. Pero la ruta es clara: o me subo y me adhiero al ritmo, o me detengo a verlo pasar para no volver.


Mañana es el día.
.
.
.
De mañana depende qué puertas cierro yo y qué otras me son cerradas.
.
.
.
En ambos casos, está claro que es por mi propia (i)rresponsabilidad.


jueves, 16 de abril de 2009

Semana emblemática



Hoy viernes, si tu cuerpo aún acompañara mi recuerdo y mi querer, tendrías ya 85 años cumplidos, y empezarías a caminar a los 86, como te gustaba decir.

Sigo sintiendo tu presencia a mi alrededor no sólo cuando veo tus fotos o en los momentos en que converso con la familia sobre ti, sino sobre todo cuando siento este calorcito especial al pensarte y al recordarte como ahora, abuelito querido.

Mi recuerdo sobre ti siempre estará teñido de verde selva, de una sonrisa infinitamente luminosa y de unas manos trabajadoras que siempre me animaron a continuar.

---

El jueves por la noche ha sido un sueño: luego de casi 3 años de idas y venidas, logré -por fin!- retomar mi espacio. Volví a la universidad y aunque haya sido por tiempo limitado, volví a sentirme viva al ser parte nuevamente de ponencias novedosas e interesantes, de debates apasionados y de lo anecdótico de revivir el viaje interprovincial que significa mi regreso a casa.

Estaba recién llegando al paradero cuando de pronto apareció el mítico bus público que transita una vez a las quinientas por la avenida principal. Aquel único bus que luego de dos horas clavadas me deja a 2 cuadras y media de mi hogar.

El otrora bus-estudio, espacio en el cual durante los 6 años de mi vida universitaria me peleé con los filósofos antiguos y contemporáneos, donde leí por primera vez sobre teorías de la comunicación, donde intentaba repasar las lecciones de las clases, a la vez que dormía las siestas pendientes, e intentaba comer algo entre viaje y viaje.

En resumidas cuentas, vivía en el bus, y este jueves reviví todo eso: me volví a sentar en el asiento de copiloto y disfruté cual niña chica que por primera vez se sube al gusanito. Como lo hacía antes, aprecié cada calle de la ciudad, repasé el recorrido con suma atención, imaginando historias detrás de cada persona que veía caminando o parada en las aceras; jugarreteaba con las luces de los faroles y achinaba los ojos para ver cómo cambiaba mi enfoque de dichas luces y me regocijaba en ello.

A fin de cuentas fue todo un disfrute, un placer al que ahora tengo muy poco acceso, razón por la cual mi sensación de satisfacción y de felicidad es aún mayor.

----

Lunes. 4ta semana. // Miércoles. Un mes calendario.

El primer aniversario del cambio.

No celebro que te hayas ido o que te haya pedido que te fueras.

Recuerdo con satisfacción que hace un mes exactamente decidí por cuenta propia el irme para no volver.

Recuerdo con alegría que finalmente me di la opotunidad de dejar que el cambio llegara a mi y tuve la valentía de manejarlo hasta hoy... hasta mañana... hasta siempre.


Soundtrack de esta semana: La siempre-viva Cher instándome a vivir mejor y liberada, dicendome que soy Strong enough.





viernes, 3 de abril de 2009

Carta abierta al ausente

En realidad no creo que leas esto jamás, pero me conoces y sabes que de alguna manera u otra debía decirtelo, así que utilizaré esta entrada para expresar todo lo que tengo dentro.

Te amo y te odio. Esa es la verdad. Te amo porque me nace hacerlo, siempre me nació, desde el primer día. Te odio porque TÚ me estás haciendo sentir eso con tu lejanía, con la distancia tan horrenda que te ha dado la gana de poner entre nosotros... eso me da una cólera sobrehumana, de esa que recorre tus venas y que te hace explotar y llorar a cada instante.

Te extraño. Es cierto, te dije que te fueras y es que no es para menos: de un tiempo a esta parte te sentí tan ausente y me engañaste tan bien, que en realidad al pedirte tan enérgicamente eso sólo teñí algo de dignidad a nuestra "relación".

Te quiero de vuelta. Y pensé que lo harías hoy, el día de mi cumpleaños. Pero no: todos me llamaron, algunos vendrán y desde lejos a verme, a abrazarme, sin importar la hora que sea ni cuán cansados estén; y es que claro, aquellos que estén aquí son quienes me quieren en verdad... pero la única llamada que esperaba, el único saludo cálido que buscaba, el único abrazo que en verdad quiero me serán negados una vez más.

No es justo, pero ES.

Sólo me cabe decirte que 25 años no se cumplen en vano. Y que pese a que me siento tan así, llena de sentimientos encontrados, hoy termino de marcar mi renacimiento. No le daré más vueltas al asunto: si no quieres estar aquí, pues bien. No lo estés. Y aunque me cueste, te terminaré de sacar de mi vida, esta vida nueva que estoy celebrando hoy con los que más me quieren. Esta nueva vida llena de espectativas, de sueños, de pruebas y de amor que me hubiera encantado compartir contigo, pero que has dado sendas muestras que no te interesa hacerlo.

Y si por ahí lees o te enteras de esta determinación, MI determinación y crees conveniente hacer algo, hazlo pronto y hazlo bien. PRONTO porque no vaya a ser demasiado tarde para cuando te decidas a hacerlo y para que estés al tanto de los cambios que hay y habrán en mi, y BIEN porque ahora TÚ debes subirte al coche, porque no hay de otra.

Yo.